BARCELONA 3-2 ALMERÍA

El Barça sufre para ganar al colista

LA LIGA | JORNADA 18

Un doblete de Sergio Roberto tumba a un combativo Almería, pero el resultado es un alivio que no puede disimular el pésimo estado del conjunto azulgrana

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Sergi Roberto anota el tercer gol del Barcelona ante el Almería EFE

El Barcelona afrontaba la noche con la agonía de que ganar no tenía ningún mérito y si perdía se acababa de hundir en el pozo insondable de su miseria. Además, los jugadores estaban de mal humor porque al día siguiente tenían que viajar a los Estados Unidos para jugar un amistoso que recortará drásticamente sus vacaciones navideñas. La crisis de confianza -y de algo más que de confianza- que sufre este equipo es tal, que ni siquiera contra el colista el pronóstico era seguro. Lo normal era ganar pero cuando el desánimo te ha tomado, no eres un equipo, tu entrenador no sabe sacar lo mejor de ti y el presidente se dedica a lo que se dedica, cualquier cosa que puede ir mal va peor.

Barcelona 3-2 Almería

18º Jornada Primera División

  • Barcelona: Peña; Cancelo, Araujo, Christensen (Koundé, m.46), Balde; Fermín López (Romeu, m.67), Gundogan, Sergi Roberto; Raphinha (Lamine Yamal, m.76), Lewandowski y Joao Félix (Ferran Torres, m.46).
  • Almería: Maximiano; Pozo (Mendes, m.64), Chumi, Montes, Edgar, Akieme; Arribas, Lopy, Baba, Ramazani (Embarba, m.77); y Baptistao (Lázaro, m.77).
  • Goles: 1-0. m.33: Raphinha. 1-1. m.41: Baptistao. 2-1. m.60: Sergi Roberto. 2-2. m.71: Edgar. 3-2. m.83: Sergi Roberto.
  • Árbitro: Cuadra Fernández. Amonestó a Lopy, Baba y Araujo.

El Barça llegaba, el Almería no le perdía la cara a la noche y salía tocando el balón y deshaciéndose con relativa facilidad de la débil presión local. La iniciativa era azulgrana, la sensación era que el gol no tardaría en llegar, pero lo mismo pensamos contra el Girona, en Bélgica y en Valencia y fue total el naufragio. A medida que los minutos pasaban iban saliendo del ropero las sábanas del fantasma. Un Almería modesto pero batallador exprimía sus contados recursos y no era descartable que consiguiera marcar en una contra rápida. El Barça se mecía en la incertidumbre de sus horas más bajas.

Quedaba mucho partido por delante pero era gracioso tratar de imaginar a Xavi diciendo en la rueda de prensa del final que sólo había sido una cuestión de eficacia. Es una derrota en sí mismo que contra un rival de tan poca entidad te cueste tanto. El Barça dominaba pero atacaba sin luz. El Almería corría todo lo que tenía sin crear peligro pero dando la sensación, más por el momento de extravío de los de Xavi que por méritos propios, de que en cualquier arañazo podía conseguir el primer gol. Poco a poco el partido decaía, el Barça sin ritmo y a los andaluces les convenía que pasaran las mínimas cosas posibles. Lenta la tristeza se posaba como un velo sobre Montjuic, los jugadores del Barça parecían sufrir por adelantado el jet lag que les esperaba en su viaje americano. A la media hora de juego la sensación era la de una noche de febrero cuando el guardia apaga la luz en la cárcel. Pero a la salida de un córner del que nadie esperaba nada, Raphinha remató el primero de la noche a bocajarro. Para celebrarlo se tapó los oídos con los índices como queriendo decir que no escucha las críticas.

Un 1 a 0 contra el Almería no era gran cosa pero por lo menos el fantasma volvía a meterse en el armario. El Almería no renunció a su planteamiento inicial y buscó con insistencia el empate. Lo consiguió en otra embarrada de Araujo. El árbitro lo anuló por fuera de juego pero el VAR corrigió su decisión y lo concedió. Más allá del debate -absurdo- sobre si era fuera de juego, el error defensivo fue tan colosal que el empate sólo puede entenderse como un regalo. Christensen, fuera del partido con jugadas inconexas y fallidas. Leo Baptistao dejaba una y otra vez en evidencia a la zaga local. Muchas mantas y pequeñas en las gradas, con los típicos padres mezquinos que se tapaban más ellos que a sus hijos, sin duda una metáfora de lo que ocurría en el terreno de juego. Cada afición tiene el equipo que merece. Impresentable primera parte del Barça. El Almería iba sin rubor a por la victoria. Sonora pitada para despedir al equipo camino del vestuario.

Tras el descanso, Ferran y Koundé entraron por Christensen y Joao Félix. Sin duda el Almería merecía el elogio por el empate pero cualquier equipo que sepa abrocharse los cordones puede hacerle daño a este Barça. Ferran le ponía muchas ganas y poca finura. Maximiano muy atento lo paraba todo. Araujo, muy torpe. Mejor el Barcelona que en la primera mitad. Su rendimiento pasó de lamentable a mediocre y en el 60, otra vez a la salida de un córner, Sergi Roberto deshizo el empate. Buena anticipación al primer palo.

Lewandowski fallaba como en un amistoso de veteranos. Xavi dio minutos de confianza a Oriol Romeu, que entró por Fermín. Pero cuando más encauzada parecía la noche, un accidente -más que un error- de Iñaki Peña regaló el empate al Almería. Además de la mediocridad, la fatalidad se cebaba con el Barça y fue literalmente increíble lo que Gundogan falló sobre la línea de gol. Lamine Yamal sustituyó a Raphinha. Sergi Roberto deshizo el maleficio en el 82 y de un buen disparo bajo adelantó de nuevo de su equipo. Iñaki Peña en el 85 corrigió su accidente evitando con una mano prodigiosa el empate. El resultado fue un alivio que no puede disimular el pésimo estado del Barça.

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